Una noche, en Moncloa los Tajúas se fueron de copas.
No podían suponer que dos de sus miembros
allí mismo colgarían las botas.
Siete años después, uno de ellos fichó por el Alcobendas.
Quién le vio y quién le ve; cómo es posible que no quisiera jugar
tantas Copas de Europa.
Ahora sólo ya juega los partidos en su propia casa.
Y en lugar de tomar parte en torneos internacionales,
su talento empleará en hacer sus labores y en el arte de cambiar pañales.
Y pasarán los años, uno, dos y tres;
tendrás tu casita, niños, tu mujer;
y esperando que te escapes al anochecer estarán los Tajúas.
Y pasarán los años, cuatro, cinco y seis;
tendrás vecinos, más niños, tu mujer;
y esperando que te escapes al anochecer estarán los Tajúas.
Y pasarán los años, siete, ocho, nueve y diez;
tendrás un perrito, sobrinos, tu mujer;
y esperando que te escapes al anochecer estarán los Tajúas.
jueves, 31 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario