miércoles, 23 de enero de 2008

El Moro

Jodido se fue a cumplir el servicio militar.
A Granada marchó a servir a la patria hostil.
Cuando allí marchó, las montañas dejó
y las fiestas y orgías también.

Mas en un lugar
bellas doncellas por él llorarán.
¡Oh, donde está el moro Alejandro!
¡Vaya hombre, vaya andro!

No os preocupéis, pues muy pronto volverá
para vuestros zonas húmedas consolar.
Su chilaba es su frac, es su seña de identidad.
¡Es el moro, que vino del Magreb!

Con su bel parlar y su cara angelical,
cuidado nena, el moro te va a atrapar.
Tu casa invadirá, en ella cagará,
tu nevera vaciará y el corazón te robará.

Y es que es un don Juan; tras su aparente candidez,
bajo la chilaba se esconde Satán.

¡Es el moro, que vino del Magreb!

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