Oh, tanahey, tana tana tanatorio, tanatorio para cenar.
Iremos a comer y luego a vomitar; tanatorio tanahey, vaya plan.
Al tanatorio iremos a cenar; los precios son incomparables.
Y del menú no os quiero ni contar: toreros, ladies y algún famosín.
Oh, tanahey, tana tana tanatorio, tanatorio para cenar.
Cuando allí vayáis no os olvidéis
de tomar un bote de sal de frutas lleno,
pues tras los suculentos manjares degustar
pronto padeceréis ulcera de duodeno.
Oh, tanahey, tana tana tanatorio, tanatorio para cenar.
No es que lo diga yo, es que eso es así.
Y para mostraros la calidad de este lugar de lo más in:
su socio fundador fue el mismo Garrotín.
Oh, tanahey, tana tana tanatorio, tanatorio para cenar.
Os recomendaré lo que hay que pedir:
suculento plato de carnero,
pie de un difunto rey o maharajá.
Y luego preguntar por la seguridad social.
Oh, tanahey, tana tana tanatorio, tanatorio para cenar.
viernes, 25 de enero de 2008
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